Entre 1986 y 1992 viajé a menudo a Alemania, a dar clases en la Hochschule für Bildende Künste de Braunschweig, y desde ahí fui con frecuencia a Berlín. La primera fotografía aquí recogida representa una colina en medio de una gran plaza, hecha amontonando cascotes de edificios destruidos por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial. Las siguientes, realizadas por encargo del arquitecto Antón Capitel, muestran diversas zonas situadas alrededor de la Potsdamer Platz y la Filarmónica, es decir, en el mismo centro de la ciudad que entonces empezaba a salir del extraño estado, a la vez vacío y tenso, en que se había encontrado a lo largo de tres décadas, desde que se construyó el Muro.