Realizadas en pleno confinamiento, entre el jueves de la Semana Santa y el de Sant Jordi, estas fotografías tratan del vacío, de la nada, del cero –un concepto que la teología medieval no podía aceptar–, y quieren enseñar lo imposible, lo que casi nadie ha visto. Se ocupan, así, de los límites del medio fotográfico, de lo que no se puede fotografiar. Forma parte de la colección del MACBA (Barcelona).